09 junio 2006



Lorena Tassinari y su mensaje legible

Lorena Tassinari es una loquita mujer que tiene contrato con Televisa como compositora y actriz, pero que ha sabido aprovechar las condiciones de su vida, a diferencia de tanta gente que trabaja en los medios (profesión: gente famosa) y sólo se dedica a modificar sus voces lo más que se pueda para no exhibir las carencias vocales en sus discos (sólo hasta los conciertos de Acafest y Viña del Mar) y a pasearse por ahí con estrategias de imagen, de marketing, y de trato con la prensa. ¿Quién no aborrece ese mundo?

Sin embargo surgen de pronto historias curiosas, freaks en su total extensión. Tassinari es freak, weird, única. Aunque a la vez se ve bastante fresa. Punto a su favor.

Resulta que esta mujer tuvo una experiencia con un ángel que le cambió su vida. Toda su vida ha estudiado el piano, ha dado recitales en el Conservatorio de música del D.F. desde niña y tiene contacto con toda clase de música, obviamente clásica, “culta”, arcaica, pero también música popular, música simple, si no no hubiera podido componer y cantar jamás ese tema de la telenovela de principios de los noventa (creo)
"Muchachitas", teleserie de exportación de Televisa.

Alrededor del año 2000, Tassinari recibe un balazo expansivo (sic) en una de sus piernas mientras iba manejando por la ciudad de México, entonces siente ganas de flaquear, pero una voz le va diciendo qué hacer para no perder tanta sangre, cómo respirar y cómo seguir manejando para poder estacionar su carro y esperar la ambulancia (algo así). Ella sabe que fue un ángel quien la protegió, desde entonces se dedica a ser receptora del mensaje divino y lo busca traducir a un lenguaje musical (me parece cuestionable el aceptar o no que haya sido un ángel quien la protegió (a mi se me hace tan maravilloso pensar que uno mismo tiene esa capacidad animal-universal-milenaria de reaccionar de la mejor forma ante el peligro…), lo que no es cuestionable es juzgar este hecho como cosa inútil, como algo despreciable, como una mamada pues, ya que no puede ser que andemos por ahí prejuzgando tan fácilmente lo que para los demás es importante, algo que detesto es la intolerancia ante las ideas de los demás, algo que yo trato de no hacer).

En el 2003 sacó su primer disco de esta nueva etapa, desde entonces saca un álbum por año, todos de una manufactura mágica, hermosa, una música, no para volar, sino sólo para dejar de estar aquí.

Su máxima virtud es la de dotar a cada canción de emociones humanas específicas, tiene tantas canciones que evocan la niñez, el amor en pareja, el amor hacia Dios, el gusto de estar vivos, la nostalgia, el amor no correspondido, etc. Parecen tratados humanos auditivos. Está tan metida en el tema de los ángeles que a cada canción le corresponde un arcángel, un mensaje, un color, una anécdota. Sus discos son artesanales por eso: por dar vida a una tradición, por continuar con un legado milenario, adaptado a épocas modernas.

La conozco gracias a Claudia, quien compró un disco de ella en marzo pasado. Desde entonces es recurrente en nuestra charla, en nuestra atmósfera, la apreciamos aunque no la conozcamos, aunque sí me ha respondido cuando le he enviado correos electrónicos. Sus discos no son aptos para quien busque intelectualismos agudos o complejidad musical o new age electrónico.

1 comentario:

Beatriz dijo...

A veces uno encuentra joyas donde no las busca.
Estaré atenta por si se me aparece una rolita de ella.
Saludos.