Guanajuato, ciudad torrente, ciudad cerebro, ciudad interrogativa. Caminar por sus serpenteantes calles sin rumbo sin otro motivo más que el ocio contemplativo. Le consulté interrogantes y no conseguí respuestas. Le consulté vida y desde luego me mató un poco.

Sin embargo, a través de su singular disposición urbana que a cada esquina, bifurcación, cambio de nivel o pendiente sorprende a quien la anda a pie, me sugirió que las respuestas las tengo dentro, en un cerebro que presenta curiosamente los mismos recovecos que sus callejones.

A esta ciudad no la conocí en un día, ni en un viaje, la labor ha durado años, y cada vez que creo que he llegado a conocerla aún me sorprende, descubro que no, que el conocimiento es una línea continua, que no se necesita un tiempo para ello, ¿cómo pretender el tiempo con lo que no puede acabar?. Lo mismo sucede conmigo, evolución. Pero también involución. Puede que ahí esté la clave de dar con lo que cada uno buscamos.

"Ciudad de múltiples dimensiones (de fantasía y de inteligencia, de lucha y de tradición, de trabajo y de ocio contemplativo), Guanajuato se encuentra siempre entre la leyenda y la realidad.
Mas que verla, la imaginamos. Y la inventamos cada vez que la descubrimos. Como sus calles, rápidas y tortuosas, todo nos la revela súbitamente, con la lucidez instantánea e inolvidable, y todo en seguida nos la arrebata... unos minutos y algunos pasos la transfiguran. Era presencia. Y se ha convertido en nostalgia, en ausencia, en sueño".
JAIME TORRES BODET
*cita tomada del hermoso blog de la genial Jazmín