03 noviembre 2005

Seis meses como papá. Lo ganado y perdido.

I.
Perder, ganar, términos simples en los cuales podemos encontrar una conclusión lógica al problema moral del tiempo: han sido seis meses buenos, han sido seis meses malos, ninguna de esas dos podría ser la forma correcta de concluir un periodo de tiempo.

Mi hija cumple seis meses el día de hoy. Entiendo, con ello, que va a la mitad de su primer año, lo cual aclara el tiempo pero no la experiencia.

El conocimiento es venerable en cualquiera de sus formas. Si algo he encontrado a lado de mi familia es la oportunidad de conocer (conocerme, conocerlas, conocer en general). No sólo por las prácticas del tarot hogareño, el I ching, las lecturas sobre ideologías prehispánicas, escandinavas, celtas, sino por la oportunidad de encontrar en la vida de familia otro tipo de mancia, otro tipo de estudio, otro tipo de ismo.

Me he alejado de mi escritura. Parece ser que eso pudiera ser lo que he perdido. Hace año y medio estaba estructurando un cuento acerca de seis indigentes que lo perdieron todo en nombre de la poesía. Éste grupo, al cual llamaría El Senario, se junta todas las noches, cerca de las 12, en las escalinatas del Auditorio Nacional a platicar sobre nada realmente, juegan al cubo con un dado que nadie recuerda cómo lo encontraron, fuman sin dejar que se apague el fuego (ya que se va a acabar un cigarrillo prenden otro con lo que queda de vida del primero). Aquí el destino, el absurdo, el poema como el territorio más imperfecto e insatisfactorio de todos, el problema del sentido (y sí: también el sentido del problema) serían los qués asediados, las interrogantes sin respuesta (pero con método). Bien.

Claudia y yo supimos que estábamos embarazados en septiembre del año pasado. Ella vivía en Guanajuato, yo en el DF, así que me fui con ella cuatro meses, de septiembre a diciembre, dejando trabajo y sobre todo, alejándome de esa zona de Polanco donde está el Auditorio y los mejores cafés de la ciudad (para el cuento me iba varias veces a la semana a recorrer la zona, imaginándome el itinerario de cada personaje). En enero llegamos al df, desde entonces vivimos en este departamento, concentrados primero en el embarazo, luego en nuestra familia.

El cuento todavía no lo escribo y tampoco he sacado muchas notas que digamos la respecto, sin embargo, dejar de haber escrito ese cuento durante año y medio no significa haberme alejado de él, en apariencia sí, pero la peor fórmula es la de la apariencia: esos personajes siguen aquí, más concretos que nunca, la primer línea del cuento ya la tengo, cosa con la que nunca me sentí conforme el año pasado, también tengo otro tipo de ideas que lo pueden hacer más preciso, mejor delineado.

Y creo que eso es saber mirar. Con mi familia he aprendido a mirar, lo más fácil sería sentirme frustrado por no haber escrito como quisiera, pero en realidad no escribir con la frecuencia de antes no significa que me haya distanciado del universo de la literatura. Tal vez la gran enseñanza aquí es entender que no existen paralelismos entre lo literario y la vida diaria, que no existe forma de separarlos, que lo literario no puede ser que sólo esté en el papel (por ahí recuerdo algo así como “Oh Maga, enseñame a mirar como lo haces tú”, hey, no es tan difícil, sólo hay que salirse un poquito y aprovechar el impulso que te hace regresar… o algo así, no creo en las fórmulas como consejos).

Y nada de creer que me la paso viviendo como en un poema, viendo todo hermoso y profundo (además no nada más eso es materia de poema), en la vida diaria tengo discusiones con Claudia, dudas con respecto a tantos aspectos de mi hija, deseos que aún no puedo concretar, deudas que a veces se juntan y a veces no, en fin, todo aquello que también es la vida en familia pero que no tiene por qué ser una limitante, una motivación para distanciarme de mis más acostumbrados placeres como la literatura, es más, detrás de cualquier regreso a casa por las rutas de siempre, entre el tráfico de las 4 de la tarde y los conductores que no dan el paso a los peatones y la gente de las micros que no cede el lugar a nadie, está el otro extremo del puente, está una puerta posible que, entendiendo que existe, me permite transgredir la frontera, pasarme al otro lado, en pocas palabras: no agarrarme de las circunstancias presentes para estar mal (aunque a veces me falle y llegue exhausto del ruido de la ciudad y la pesadez del transporte, en el fondo no puedo hacerme tonto, la sonrisa de Sofía o la caricia de Claudia me hacen comprender que siempre hay otra forma de entender las cosas).

Y así es con la poesía, la literatura, no son instancias tan lejanas (léase: cultas) ya que surgen o residen en la propia realidad, la inmanente, la inmediata, la emergente. Y leer o escribir es estar en otro lado aquí mismo, diciendo lo que sucede aquí y ahora, tal vez con otras palabras u otros fines pero a fin de cuentas realidad.

Entonces creo que no he perdido nada.
Y he encontrado nuevas formas de mirar.

13 comentarios:

Jamie dijo...

Pues felicidades por tener ya medio año como papá y también que bueno que estás despierto y sabes que el hecho de escribir se trata de la vida, es decir, de las experiencias que haz tenido, que imaginas podrías tener o que crees que a otra persona le pasan...ese cuento seguramente lo acabarás, pero -tal vez- con una mirada completamente nueva, eso es lo más hermoso ¿no?

Saludos!

Xigna dijo...

Pues si, tienes razón no todo es tan simple, como para decir es malo o es bueno. Siempre depende de uno, pronto escribirás ese cuento, ya lo verás...

Guendi dijo...

Que suave :D NO ouedo esperar para tener mis propios engendros :D

Mariana dijo...

Como siempre material de reflexion se ha vuelto tu blog...

Que gran dicha de el se padre, de redescubrir cosas, de aprender a observar, de tener una familia, de ser cual eres, de no dejar de escribir e idear...

Saludos XD

GISOFANIA dijo...

qué agradable es leerte, alberto.

un oasis en medio de tanto desierto. gracias.

Anónimo dijo...

Hermosas palabras, para una hermosa ocasión.

Te juro que a cualquiera que lea este post o el pasado le dan ganas de saber lo que es tener un hijo. Lo lograste.

Que tus escritos regresen pronto y tu cuento también.. estan en un estado latente, cuando regresen será como si no se hubieran ausentado.

Saludos!

Oveja Fiel.. dijo...

Leí completamente las 2 partes de tu pots..
Siempre he admirado algo de ti y es tu forma de escribir ke me hace terminar de leer todo.
Kiza mucha gente entre lea comente, y no se si perciban lo ke escribes, a lo ke un día me dijiste "intuición", siento realmente las letras de los 2 (claudia), observo cada punto cada coma ke pones para narrar acerca de tu hija, y te admiro x ke leído otros blogs donde solo se habla de uno mismo, no hay comentario respecto a la familia, y TU, hablas de tus dos mujercitas increíble!
Te felicito Alberto, x ser tu, x ke comienzas a ver lo ke es un padre un esposo, no hay kejas no hay reclamos, solo habla un corazón de un padre e esposo esforzándose x ser el mejor. Declaro bendiciones en tu vida ke cada día ke pase Dios te siga dando sabiduría para cada proyecto de tu vida y todo, todo lo ke tus manos tocaren prospere.
Besos para tu popeye!
Rakel

Moni dijo...

Definitivamente no hay un simple adjetivo para estos 6 meses vividos... aunqué sé que han sido increíbles... con cosas buenas y malas.
Efectivamente, me desaparecí por pocos días, porque por fortuna sigo madurando y creciendo, no paro de hacerlo y asimilo las cosas de mejor manera y un poquito más rápido...
Aún recuerdo la plática que tuvimos por el messenger, el que me compartieras un poco de tu relación con Claudia me ayudó como no tienes idea, las cosas van mejor conmigo, he comprendido y he aprendido a "soltar"...
Abrazos y besos a los 3, sobre todo a Sara Sofía =)

SIE dijo...

No creo que pueda explicar la paz que me da leer tus relatos, y ni siquiera sé por qué, pero me transmiten una sencilla alegría por el simple hecho de poder disfrutar tan lejos de palabras tan hermosas... me quedaba emocionarme, pero ya no. Enhorabuena.

Galatea dijo...

El oficio de escribir no sólo nos involucra a nosotros como escritores, sino a todos aquellos que a nuestro alrededor circulan.
Ser padre o madre permite ver el mundo desde otros ojos, permite encontrar la belleza en otras cosas, permite readecuar nuestras sensaciones. El amor se vive de otra manera, los miedos, las dudas, todo.
No has dejado de escribir, los textos que has posteado son una prueba de ello, la sensibilidad que muestras en los hechos cotidianos delatan al padre que hay en ti.
Si la paternidad te ha permitido sacar a flote estos sentimientos, no dudes que tu libro saldrá y de la mejor forma.

Saludos.

Angelikitty dijo...

Amigo, no sabes cuanto había recordado ese cuento, lo tenía tan presente, no se me hace raro que ahora lo menciones, coincidente más bien.
Les mando un fuerte abrazo a los tres, y sobretodo a la manzanita.
Un beso a Cinnamon. Los quiero mucho

"aZuLsOyYo" dijo...

perspectivassssssssssssss .......
saludos que estes muy bien

Nerissa Rocher dijo...

Maravillosa tu vida, le dije a tu mujer que Sofía es un ser de luz, ella tiene una misión muy importante, y ella y claudia seran la luz que alumbre tu vida cuando más lo necesites.

Yo le tengo mucho cariño, mucho amor sin conocerla, ella es una bebita muy especial, y creeme me muero por conocerla.

Hace mucho tiempo, en una sala de un hospital un llanto rompio el silencio de la sala, era hermoso, busque y encontre un cuarto; la enfermera cargaba un bebe y dijo, tiene 30 minutos de haber nacido!.

me dije Dios!! ese bebe tiene 30 minutos de vida, y me pregunto cuan especial es ese lapso de tiempo, yo a veces pierdo 30 minutos esperando el camión.Así que ese es el valor del tiempo...

Un abarzo.