Zen sacional

Muela del juicio. Medianoche. Sábado de desgloria.

No siento precisamente dolor con ésta nueva muela, sólo molestia al comer, al tomar agua, al bostezar, al soplarle al café para que se enfríe, al hacerle ruiditos con la boca a mi hija. Cada postre desde el martes me ha recordado lo mucho que disfruto comer. Ahora que me veo obligado a hacerlo sólo del lado izquierdo me siento incompleto.

He estado a punto de sucumbir ante un analgésico, ante un desinflamatorio, sin embargo aprovecho esta oportunidad para experimentar un poco. Creo que mi mente, (esa forma de pensamiento habitual), si bien no me provocó la molestia en la encía, sí puede aminorar o maximizarla. Han sido cinco días bastante peculiares.

Lo que he descubierto es que los días que han sido tediosos en la oficina (miércoles y jueves) he sentido que el dolor aumenta, lo cual me parece lógico si al momento de estress (que, al igual que Leonardo Stemberg, considero que no existe como tal sino que es una forma inmadura de reaccionar ante un mal manejo de determinada situación etc.) he descubierto que tenso algunos músculos y otras partes del cuerpo, entre ellas las mandíbulas. Se dice que todo coraje va a parar al hígado, pero no sé, creo que la dentadura también se afecta ante un coraje, ante una preocupación, así como la espalda, en otros casos el estómago.

Ayer viernes sentí que ya no podía más, me dormí expectante a ver qué pasaba al siguiente día para ver si recurría a la ortodoncista o no. Llegó el sábado y sin siquiera analizar cómo me sentía le hablé a la doctora, la cual, sin investigar mucho, aseguró que me la tendría que quitar, ya luego me preguntó qué síntomas sentía y lo dejó todo en que me iba a checar el lunes pero que seguramente me la tendría que sacar. Entonces me acordé que en México 1 de cada 4 embarazos termina en cesárea en la actualidad (a diferencia de hace 25 años que eran 1 de cada 30) debido a tantos factores como la comodidad del médico (que ahora resulta son los que tienen que estar cómodos), el sacar más dinero, el miedo de algunas mamás, y me parece que lo mismo sucede con las muelas del juicio: antes de que existieran las extracciones, ¿cómo se trataba una muela del juicio? empezando porque tremendo nombrecito no podría corresponder a otra cultura mas que a la nuestra, suena a culpabilidad, a que uno está siendo juzgado, a que uno al llegar a cierta edad tiene que ser juzgado por sus dientes para ver si va cumpliendo con su cristiano camino al cielo. Creo que los ortodoncistas están acostumbrados a extraer y extraer y extraer sin mucha autocrítica que digamos.

Hoy sábado siento muchísimo menos la molestia. No he tenido presiones de ningún tipo. He blogueado, leído, jugado con mi hija, besado a mi espovia, sacado a mi perra y ahorita cené y siento que la molestia fue tan mínima como el martes en que empezó todo (aunque he de confesar que cuando vi el partido del Atlante sí hice uno que otro coraje y me regresó la intensidad de la molestia, pero pasó rápido (gracias a que ganaron, también)). No creo que haya sido gradual esta especie de dolor, creo que yo mismo le fui aumentando sin querer, producto de lo mucho que tengo que aprender de mí mismo todavía.

Aunque no lo niego: llegando a este punto del análisis creo que no me caería mal una pastillita de Eskaflam cada 12 horas pa ayudarle un poquito a la desinflamación.