11 julio 2005

Punto de vista de los puntos de vista


Nadie tiene el camino fácil. Esto de encontrarse a sí mismo va más allá de viajar al desierto a pachequearse o llegar a otra ciudad creyendo que así se han cortado dependencias. Va más allá de escribir un diario en forma de blog. Va más allá de los estudios de licenciatura, del apellido, de los descubrimientos que nos pueda proporcionar la psicología con respecto a los eventos significativos que marcan nuestra vida.

Conozco a una mujer que se casó con aquel que cumplía todos los parámetros que desde niña aprendió de su madre eran los adecuados:
-mayor que ella (experiencia y esas cosas...)
-solvencia económica
-con “valores” (esto es: católico, que haga enfático cuánto ama a sus padres, que sea caballeroso (aunque sólo sea frente a los familiares de ella), que sea educado, sea lo que sea que eso signifique)
-que tenga una licenciatura, y si se puede, estudios superiores
-que tenga casa propia
-capacidad consumista

Entonces él pidió su mano como-se-debe, se casaron, se la llevó a vivir a su casa en los suburbios, todo muy como le dijeron tendría que ser. Ella tuvo-que-aprender a planchar y a cocinar porque a él le gustaba que su ropa estuviera lista y que la comida estuviera a tiempo cuando llegaba a comer. Con el transcurso de los meses empezaron a tener problemas, comenzaron a sentirse inconformes, seguramente porque ninguno de los dos estaba siendo realmente libre (todo era tan como-tiene-que-ser que era para sospechar), o sea que ninguno de los dos estaba satisfecho consigo mismo como para poder estar tranquilos, autónomos y felices a lado de alguien. Para qué decir que hubo ofensas, intentos de golpes, desesperación, infidelidad, no importa el relato de hechos, importa la causa de esas manifestaciones que por lo general no demuestran odio hacia alguna persona sino inconformidad consigo mismos.

Todos alguna vez le hemos echado la culpa a otros factores (familia, clima, noviazgo, matrimonio, escuela, dinero, etc.) para justificar una mala decisión o para justificar nuestra negatividad, así lo vamos aprendiendo hasta llegar a un punto en el que explotamos (o morimos, lo que suceda primero) por no comprender que hacerse de una opinión propia de las cosas no significa ir en-contra-de o a-favor-de sino simplemente estar convencidos de nuestras decisiones tengan el final que tengan, de todos modos una mente madura sabrá estar bien a pesar de los obstáculos mientras que una que no lo es buscará estar mal existan obstáculos o no.

Por eso digo que todos la tenemos difícil. Tener una opinión propia no es sencillo porque nos creemos autónomos una vez trabajando o una vez saliendo solos a la calle y de pronto resulta que nuestro ideal de pareja va en función de la publicidad o nuestro ideal de trabajo, de mascota, de ropa, de alimentación, de gustos van en función de amistades, de familia, de todo lo que nos rodea y nos hace estandarizarnos y entonces si lo pensamos bien no somos tan autónomos como lo creemos, no sé, como se dice (aquí, por ejemplo, en vez de usar mi propia frase recurro a la de otros) está cabrón crearse una estructura personal, netamente individual en base a todo lo que sabemos de nosotros mismos.

No se trata de desligarse del contexto, se trata de ligarse con uno mismo (y ser alguien más allá del contexto pero dentro del contexto)

Pienso en chavitas que ven Big Brother y admiten ser adictas al programa (por frases publicitarias como “la adicción regresa...”), que compran oggi jeans y discos (oficiales o no), que les gusta Poncho, que odiaban a Facundo, a Lorena Herrera o a Sabrina pero que una vez que conocieron su “esencia” descubrieron que pueden ser menos prejuiciosas, salvo en la escuela, que es donde hay que seguir cotizándose al entrar al salón, al subir al camión, al hablar en público. El problema no es Big Brother, eso tan sólo es una opción, el problema tampoco está en la familia, en el poder de Televisa o Tv Azteca, el problema está en que da hueva crear conciencia, en que conceptos como conocerse-a-sí-mismos suenen tan fuera de onda, tan despreciables vistos desde la óptica antrera y pro-imagen-adecuada. El problema está en que ser joven significa que es la única oportunidad para echar desmadre y reventarse en serio, que solo se es joven una vez y que eso se traduce en concentrarse en verse bien, coquetear, ligar, probar vicios, experimentar, pero por ningún lado (salvo Sprite) hace énfasis en tomar decisiones propias, en ser uno mismo, vaya.

Pienso también en gerentes de empresas importantes, esos hombres incapaces de lavar los trastes de la casa que comparten a lado de otra persona, que esperan que todo esté impecable por el simple hecho de ganar más dinero, que solo quieren resultados. Pienso también en esas mujeres que eligen a hombres así. Nadie es sólo víctima jamás.

Pienso en esas personas que se consideran artistas y entonces se enorgullecen de ser pobres, de oler mal, de beber tanta cerveza, de tener tantísimos libros que no caben en su cuarto de azotea, que viajan de raid, que siguen odiando la burguesía (que la burguesía sigue siendo importante para ellos, ésa es la bronca, ¿por qué no simplemente ser indiferentes para cuestionarla y entenderle sus pros y contras? (¿será que no están abiertos a entender pros y contras de las cosas? (¿será que por eso eligen ser tan elitistas como las clases altas?)))

Y el problema no es la educación. A final de cuentas todos en algún momento de nuestras vidas vacías tenemos más de un momento de reflexión que tomamos para crecer o no, para conocernos o no. Si se toma con todos los hermosos riesgos, un punto de vista propio resultará la cosa más fácil de todas. Eso es necesario para disfrutar a nuestra esposa, nuestro peso, nuestros errores, nuestro trabajo, nuestro rico tráfico defeño (en momentos así se puede interiorizar bastante, total, no queda de otra, estás ahí detenido, no se ve el por qué del tráfico, sólo hay noticias y reportes viales en el radio, ¿por qué no apagarlo y ponerse a pensar en algún recuerdo hermoso, en alguna sensación placentera, en alguna divagación como por ejemplo qué será un hoyo negro o cómo será la vida en otros planetas o ya de perdida en algún pueblito italiano enclavado en plena ladera de alguna montaña con un río que desemboca en el Mediterráneo?)

Éste post es mucho más largo de lo que tenía planeado y aquí va acabando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hmm tienes razon. Y todo esta ligado. Pecare de paranoica y amante de los cliches si le echo la culpa a los medios?

Guendi

Anónimo dijo...

ayer me encontré con una caja de música con forma de radio color naranja, que caundo le das cuerda toca la melodía de candy man y volvió a darme ese sentimiento raro de ternura extrema que me daba cuando tenía 4 años, cuenta?